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La Barca Vacía

 Un monje al que le gustaba meditar en silencio, decidió un día subirse a un bote y remar hasta el centro de un lago. Allí estaría mucho más tranquilo y podría meditar mejor.

Ya estaba en el centro del lago y cerro los ojos, ¡Qué paz se respiraba!, pero de pronto cuando estaba en la fase más profunda de sus reflexiones, algo golpeo su barca y le desconcentró. Le molestó tanto que pensó:

- << En cuanto abra los ojos, la persona que golpeó mi bote me va a escuchar>>.

Estaba tan furiosos... Sin embargo, al abrir los ojos, solo vio una barca vacía que seguramente arrastró el viento a la deriva hacia allí. Entonces se dio cuenta de que la ira no venía del exterior, sino que residía en él.

-<< Cada vez que me enoje con alguien - pensó - recordaré que ese enfado está dentro de mí>>.

La ira nace dentro de nosotros, por mucho que pensemos que el culpable está fuera... 

La paz interior que algo externo perturbó hace que pienses que ese algo es el culpable. 
Tal vez pienses que existe un culpable para la ira, que algo hizo que te enojaras y que es precisamente el culpable de que te sientas así, pero en realidad eres tú quien escogió la ira como forma de expresión de tu turbación.

Las emociones nacen dentro de nosotros, y nosotros debemos ser capaces de controlarlas.

¿Porqué enfadarnos con alguien si es una emoción que creamos nosotros mismos? 

Tú eliges canalizar esa emoción: es natural sentir enfado. ¿Cómo no enfadarnos cuando estamos concentrados en algo y de pronto causas externas perdemos la concentración? Sin embargo, está en nuestras manos decidir cómo gestionar ese contratiempo.

Podemos enfadarnos en un primer momento y pensar... <<No ha pasado nada, son cosas que pasan>> o bien intentar castigar a quien pensamos que originó nuestro enfado (de forma injusta)



Esta historia se complementa muy bien con este micro relato:

- ¿Porqué grita la gente cuando está enojada? - preguntó el maestro.
- Porque perdemos la calma, por eso gritamos... - contestó un discípulo.
- Pero... ¿por qué gritar si la otra persona está a tu lado? - volvió a agregar el maestro.

Nadie contestó esta vez, entonces el maestro dijo:

- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir dicha distancia deben de gritar para escucharse. Cuanto más enojados estén, más alejados estarán y tendrán que gritar más para poder escucharse el uno al otro. Sin embargo, cuando dos personas se enamoran, se hablan suavemente porque sus corazones están muy cerca, la distancia ente ellos es muy pequeña.


Cuando discutas no dejes que tu corazón se aleje. No digas palabras que te distancien más, pues llegará un día en que la distancia será tanta que no encontrarás el camino de regreso.















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SI TE PREOCUPA TÚ FUTURO...

  Sigue leyendo y espero que encuentres la paz que necesitas. Cuando tengas miedo de tu futuro, recuerda que lo único que realmente existe, ...